Es dificil hablar de uno mismo, y más cuando no sabes quien lo va a leer, si entenderá tus pensamientos o creerá que eres otra chalada más en el mundo...esos dos sentimientos que tantas veces nos acompañan: la incomprensión y la indecisión....
Dos sentimientos que a todos nos han acompañado alguna vez, y que cuando por fin los apartas de tu vida, sí puedes decir bien alto que "vaya peso el que te has quitado de encima"; mira que me gustan los refranes...
En fin, pues esa soy yo, una persona que hace tiempo dejó atrás la indecisión y la incomprensión de los que me rodeaban y "cogí el toro por los cuernos" y afronté mi vida como venía.....eso deberían hacer muchos y dejarse de tonterías, pero, la vida es así, y no quiero empezar este pequeño fragmento de bienvenida avergonzándome de las acciones ajenas....eso será en próximos capítulos....
En esto de los blogs ya tenía experiencia, con un ser de arrugas varias en un pantalón...habrá quien lo entienda, pero el verdadero gusanillo me lo han despertado dos amigas a las que les quiero dedicar mi primer mensaje o cómo quiera que se llame a cada entrada en un blog....
La pionera fue Marisa...nunca imaginé que acabaría siendo amiga de alguien así, totalmente opuesta a mí...todo lo que en mi cabeza eran prejuicios absurdos se materializaron en virtudes al conocerla. Cómo es?? La palabra que mejor la define (y espero que me perdone) es "Pija", superpreocupada por la ropa que se va a poner y de que firma es, pero que tiene la gran virtud de decirte las cosas como son, sin medias tintas, sí vales, vales y si no a la calle!!
Y la otra persona es Lulu, que hace poco le dio por esto de escribir y que es la que me ha dado el empujoncito final "tú escribe, y si tiembla la tierra, pues que tiemble" y eso estoy haciendo....que tiemble la tierra!!!
Pero esto no sería del todo yo si no me acompañara un fragmento del gran maestro a quien he plagiado, por segunda vez, el nombre de mi blog. Gabo, va por tí...
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía, había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo".
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